Para destacar su liderazgo, la mujer debe demostrar tener la capacidad de realizar tareas múltiples con igual o mayor eficiencia que el hombre. Este es uno de los mitos más compartidos por una parte importante de nuestra sociedad, que nuestro colaborador César Cordero ha analizado con nosotros en Camino al Sol.
Dice que este mito está relacionado a otro de que a diferencia de la mujer, el hombre tiene un alto poder de enfoque , y que eso coarta su capacidad de liderar.
“La figura del líder es en función de fuerza, de poder, de dirección. Se asume que la mujer tiene entre comillas (que sabemos que no aplica) “más débil”, que no tiene ese don de poder, de autoridad, esa fuerza para poder imponerse con relación a grupos y equipos”, agrega.
Otros dos mitos que señala permanecen son el de que existe un don de mando, y el de dejarse dirigir, roles que suelen ser determinados en relación al género; por último, dice que se suele discriminar atendiendo a argumentos de que la actuación entre hombre y mujer, así como sus capacidades están determinadas por su genética.
César señala que el reto para alcanzar el liderazgo femenino es precisamente eliminar estos mitos.
Dice que se debe atender a una nueva descripción del liderazgo, en la que éste “está llamado a romper esquemas y paradigmas”.
Una agenda por la igualdad de género
En los últimos años, el rol de la mujer y la igualdad de género ha sido tema de debate y análisis, sobre todo en el contexto de los países en desarrollo.
Organizaciones sociales, políticas y privadas han dedicado esfuerzos y recursos a identificar y a reducir las brechas existentes en materia de género. Sin embargo, alcanzar la igualdad o equidad parece que tardará algunas décadas más, de acuerdo al informe de OXFAN “Una economía para el 99%.
“La edición de 2016 del informe del Foro Económico Mundial sobre la brecha de género revela que las diferencias en la participación de hombres y mujeres en la economía se han ampliado durante el pasado año y, según sus cálculos, serán necesarios 170 años para que las mujeres reciban la misma remuneración que los hombres”, señala.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica, en el análisis Perspectivas sociales y del empleo en el mundo – Tendencias 2018, que le preocupan las disparidades de género, por encima de cualquier otro indicador de condiciones de trabajo. La razón de esta alamar, según dice en el informe, es debido a la
Por otro lado y con una voz un poco más esperanzadora, la Organización de las Naciones Unidas por la Mujer (ONU Mujeres), en su informe de 2018, apuesta a hacer posible la igualdad de género por medio de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La solución, según señalan, se encuentra en poner en práctica “políticas sensibles al género y los consiguientes procesos de rendición de cuentas”.
La Agenda 2030: “En septiembre de 2015, los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Compuesta por 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), 169 metas y 232 indicadores, la Agenda 2030 aborda una amplia variedad de desafíos mundiales: pretende erradicar la pobreza, reducir múltiples desigualdades, muchas de ellas interrelacionadas entre sí; hacer frente al cambio climático, poner fin a los conflictos y mantener la paz”.