Nuestra #ActitudCaminoAlSol la proponemos con la frase que nos dice: «Donde no puedas florecer, no eches raíces». Nos invita a reflexionar sobre los entornos en los que nos encontramos, ya sea en lo personal, profesional o emocional. Si un lugar, una situación o una relación no nos permite crecer, aprender y desarrollarnos plenamente, es mejor no aferrarse.
Hoy en día, las empresas tienen formas de medir la productividad de sus empleados, al igual que cualquier otro factor que pueda afectarla. Sin embargo, hay un aspecto que no siempre se tiene en cuenta: la salud mental de sus empleados. Y no solo desde un punto de vista físico, ya que el mayor desafío de los trabajadores es el bienestar mental. Un trabajador con problemas de ansiedad o depresión rendirá menos de lo esperado, lo que se reflejará, tarde o temprano, en la productividad de la empresa. Por eso resulta sorprendente que aún haya muchas compañías a las que les cuesta invertir en el bienestar mental de sus trabajadores.
Tirso Valdez, Wellness Coach certificado por el Institute for Integrative Nutrition y Life Coach, nos habla sobre “Un respiro para tu bienestar”. La respiración es mucho más que un proceso automático; es una herramienta poderosa para regular el estrés, mejorar la concentración y mantenernos en sintonía con nuestro cuerpo. Tomarse un momento para respirar conscientemente puede calmar la mente, reducir la ansiedad y restaurar la energía.
La Dra. Maritza Arbaje, especialista en medicina holística, nos enseña que redireccionar nuestra energía vital es clave para alcanzar un equilibrio integral. Esta energía es la fuerza que impulsa todas nuestras funciones y conecta cada aspecto de nuestra vida: físico, mental y emocional. A través de técnicas como la meditación, la respiración profunda y una alimentación consciente, podemos recuperar y redirigir esa energía, alejándola de bloqueos o tensiones.
Gestionar el desempeño de los empleados, según Verónica Coste, experta en Recursos Humanos y CEO de Verox Partner, es clave para asegurar el éxito organizacional. La gestión efectiva del desempeño no solo se trata de evaluar el trabajo de los empleados, sino de brindar un acompañamiento continuo, con retroalimentación constructiva y objetivos claros. Implica crear un entorno donde cada colaborador comprenda sus responsabilidades, tenga acceso a las herramientas necesarias para mejorar, y se sienta motivado para alcanzar metas que no solo beneficien a la empresa, sino también su propio crecimiento profesional.
