También María Elena Asuad nos habla de la gestión de las emociones antes, durante y después del confinamiento. Trae el tema a propósito del inicio de clases desde casa, y cómo esto se ha visto como carga o presión en los hogares. Es muy probable que ha habido aumento de violencia en las familias y en los hogares con el hecho de que se ha estado 24/7.
Una emoción, un sentimiento
Existe un diferencia entre estos dos conceptos. Una emoción es de muy corta duración, el sentimiento de más larga. La emoción son sensaciones de nuestro cuerpo, que muchas veces son observables, es algo que impulsa a la acción. Es bueno fijarnos de dónde sale nuestra emoción, ver nuestro cuerpo. Por otro lado, el sentimiento es la interpretación de la emoción en base a la experiencia de las emociones, pero no se observa. A diferencia de la emoción, el sentimiento hace el resultado de la acción, es un proceso de la mente no del cuerpo.
María Elena recomienda a los padres a no negarles la emoción a nuestros hijos. Nos habla de cinco emociones primarias en el confinamiento y para que nos sirven y por qué las sentimos:
1-Miedo. Miedo a quedar infectado, a morir, por los familiares. El miedo como emoción nos pone alerta, es una reacción de supervivencia. Cuando esta es la emoción fundamental, no se aprende a protegerse a si mismo.
2-Afecto. Una emoción de vinculación con el otro, que es positiva.
3-Tristeza. Triste porque no puedes salir, porque un cercano esta enfermo.
4-Enojo. Porque queremos que las cosas sean como queremos o porque queremos que sean como antes. Aparece cuando tengo que defenderme del entorno y poner límites. Las familias que se enojan más, son las que ponen menos límites.
5-Alegría. Lo que hay que buscar en estos tiempos.
Entre otras emociones la culpa, que no es una emoción, es un sentimiento porque viene de una experiencia que identificamos.
