“La comunicación parece una acción sencilla, pero es compleja, porque se trata de personas intereses propios, motivaciones y sueños. En donde cada persona expresa no solo ideas o pensamientos, sino emociones y sentimientos. Su complejidad va a que la familia se sienta motivada a mejorar la comunicación. Primero, mejorar lo que es nuestra escucha, cómo escuchamos a los demás. Otro aspecto importante, evitar interrumpir con propias experiencias u opiniones. Otra cosa a tomar en cuenta, es el tono de voz que se usa. También existe algo que se llama escucha activa. La escucha activa es cuando hay una retroalimentación, una compresión. A veces los hijos hablan con los padres buscando una orientación, no una opinión. Que no es lo mismo. Para mejorar la comunicación es necesario mejorar la escucha”.