“Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Para amar a los demás haz de comenzar por amarte a ti mismo. No se trata del egoísmo. Significa tener preocupación, interés y respeto al propio yo. Cada persona tiene una personalidad, que tiene sus posibilidades. A veces no somos capaces de descubrir todo lo que tenemos dentro. Un 5% de nuestro potencial es lo que hacemos. Dentro de nosotros hay un potencial que se pierde porque no se es capaz de descubrirnos. Esto se debe por la falta de educación al interior. Si valoramos y apreciamos el descubrimiento de nosotros mismos, animaremos a los demás para que emprendan su propio conocimiento. Aceptar que somos únicos”.