“Cuando la familia está en crisis, se va a su raíz para que se vaya. La familia es una institución insustituible como humanizadora, donde el individuo va creciendo y adquiriendo valores. Los hijos merecen que los padres sean buenos. Es decir, que deben ser buenas personas, para formar buenas personas. Cuando se habla de crisis debe de haber una revisión para saber cómo se mejorar. La crisis no está en la cosas, sino en las personas. La familia es la principal escuela de valores espirituales, humanos. La familia debe cuidar la educación para sus hijos y la educación para la paz. También, es importante promover la conciencia crítica al niño. Un punto en el cual los padres temen contribuir para crear en el hijo ese pensamiento crítico”.
