“Conviene que tengamos actitud hacia el silencio. Hablar cuando se tiene que hablar. Cuando pensamos en positivo, los logros son positivos y viceversa. Aquí aplica la ley de la atracción: atraigo lo que pienso. Dos palabras importantes: poder y querer. Aquí entra el tema de a la armonía interior. Algo coherente. Tener armonía con uno mismo y armonía con Dios, así es posible tener armonía con los demás. En medio de la reflexión y silencio, se trabaja y se busca la armonía. Se tiene armonía cuando se es capaz de centrar lo que es propia mente y espíritu. Tenemos miedo a encontrarnos a nosotros mismos. Es por eso que hacemos bulla, buscamos bulla”.