¡Milka Hernández en la casa! Nos habla del uno de los rincones más bonitos cerca de casa, cerca del corazón de nuestra República, la Ciudad Colonial, o Zona Colonial.
Por Milka Hernández
Primada de América, esta ciudad posee encantos únicos que le han llamado a ser denominada Patrimonio de la Humanidad.
La ciudad colonial de Santo Domingo es la muestra viva de una historia que continua presente, sus calles son el reflejo de años de esperanza y de lo que fue la villa más avanzada de la época colonial.
Una historia de amor fue el principal motivo para la fundación de esta ciudad en 1502, por Bartolomé Colón. Y es que durante el proceso de colonización, Miguel Díaz de Aux, aragonés al servicio de Bartolomé, hirió a otro español en una riña en La Isabela, motivo por el que huyó hacia el sur, con tan buena suerte que allí encontró a su media naranja, Catalina, la cacica de lo que hoy día conocemos como Santo Domingo.
Esa preciosa indígena, de linaje especial, dio a Miguel dos hijos los cuales se convirtieron en los primeros mestizos oficiales de la colonia, y además le mostró el lugar en donde se ubicaban los ríos cargados de oro. Información que Miguel Díaz usó para conquistar el perdón de Bartolomé, quien ante su ambición ordenó la fundación de Santo Domingo, la capital de las Indias, en 1498 en la margen oriental del río Ozama y de la mano de Nicolás de Ovando en 1502 en su riviera occidental.
Esta hermosa ciudad, adoquinada en su mayor proporción alberga una parte importante de las primacías de América, no en vano fue declarada en 1992 como patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Visitar, la zona como también es conocida, es un interesante reto para los amantes del arte y la cultura.
Una breve escapada por la Ciudad Colonial de Santo Domingo, podría empezar por sus Primacías, primeras estructuras, asentamientos o desarrollo de acciones que se llevaron a cabo a los inicios del desarrollo colonial, tales como:
Las Ruinas de la primera Universidad del Nuevo Mundo
El 28 de octubre de 1538 a través de una bula papal, el papa Pablo III declaró el estudio general del convento de Santo Domingo en la Real y Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino. Este centro de estudios superior seguía el modelo de enseñanza de las universidades españolas, con un enfoque especial en la formación e investigación. Hoy de su estructura quedan las ruinas, en un terreno continuo al Convento de los Dominicos, pero sobreviven distintos documentos que registran su historia y desarrollo.
El Convento de los Dominicos
La iglesia Convento de los Dominicos empezó su construcción en 1510, entre 1531 y 1532 fue inaugurada por Pedro de Córdoba, Reginaldo de Montesinos, Bartolomé de las Casas y Antonio de Montesinos, famoso por su sermón de adviento de 1511, lo que es considerado como cimientos de la carta de los Derechos Humanos. Un grito de amor al prójimo, la igualdad y llamado a la atención a los colonizadores ante acciones de desconsideración y abuso en lo que muchos consideraron una raza inferior, la indígena.
La Fortaleza Ozama
Patrimonio de la Humanidad, esta infraestructura, primera de estilo medieval en América, se encuentra ubicada en la calle Las Damas. Su construcción empezó en 1504 y terminó para 1507.
Esta estructura, en estilo de castillo, alberga desde sus inicios: La Torre del Homenaje, la Armería Polvorín de Santa Bárbara, el Fuerte de Santiago, las plataformas de tiro, el antiguo cuarteles del Ejercito, la Muralla de San Benito, sus jardines, las ruinas de la primera obra, el portal de Carlos III, la estatua de Gonzalo Fernández de Oviedo, quien fue primer cronista de las Indias y alcalde de la fortaleza para 1533; y la Casa de Bastidas, hoy sede del Museo Infantil Trampolín, una experiencia educativa en donde convergen la naturaleza, la ciencia y la tecnología en una propuesta de valor muy entretenida.
Las Ruinas de San Francisco
Este fue el primer monasterio de la orden Franciscana en América, construido a partir de 1508. Como conjunto arquitectónico albergó en sus inicios la capilla de la tercera orden de Garay o María de Toledo, así como el primer acueducto de la ciudad, cuyas tuberías aún suplen de agua la zona.
Iglesia, monasterio, hospital, campo santo, Patrimonio de la Humanidad, esta obra arquitectónica que fue azotada por los saqueos de Francis Drake, maltratos de durante la Batalla de Palo Hincado e incluso los embates del Huracán San Zenón, en la actualidad, es el punto de encuentro perfecto para los amantes de la buena música, en donde recientemente se retomó la iniciativa de fiestas dominicales a cargo del grupo Bonyé.
Experiencia familiar
La Ciudad Colonial es el lugar ideal para familias, en donde los más pequeños pueden disfrutar de lugares tan peculiares como el Cine 4 D, The Colonial Gate en donde cuentan con más de una veintena películas para su deleite.
Otros puntos que recomendamos agendar con los más pequeños son: El Choco Museo y Kah Kow, dos experiencias en donde pueden conocer los orígenes del Cacao, mientras que en primera persona deleitarse preparando su propia barra de este delicioso producto.
Visitar en una sola escapada las 93 hectáreas que componen esta gran zona es prácticamente imposible, pues a cada paso hay algo interesante que ver, y es por eso que han crecido las opciones para descubrirla, como las patinetas eléctricas, bicicletas, Chuchu tren, coches eléctricos, vespas, entre otras novedosas formas y algunas algo más tradicionales.
Primada de América, repleta de fascinantes historias, la Ciudad Colonial de la República del mundo espera por ti.