¡Abraza tus emociones y déjalas fluir! Nadie es totalmente insensible, cada quien tiene algo que le arruga el corazón; y esto no es debilidad se transforma en una de nuestras fortalezas. Así lo planteamos con la reflexión que te compartimos por Eva María Rodríguez: “Cómo convertir tu sensibilidad en tu mayor fortaleza”.