«Cada día toma un momento para velar por aquellos que amas y crear vínculos irremplazables con ellos», con esta frase le damos intención a nuestra #ActitudCaminoAlSol para este martes. En el ajetreo diario, es fácil olvidar que los pequeños gestos de cuidado y atención son los que fortalecen los lazos más profundos. Dedicar tiempo a escuchar, a compartir una sonrisa o un abrazo, y a estar presente en los momentos importantes o cotidianos, crea una conexión que el tiempo no puede romper.
El cuidador es una figura esencial y, sin embargo, invisibilizada en la sociedad, especialmente en un contexto donde se valora más la productividad individual. Cuidar a familiares o personas dependientes implica sacrificios personales profundos, como el aislamiento y la carga emocional, en una labor que sigue sin el reconocimiento adecuado. La psicóloga Dasha Kiper describe la complejidad emocional que enfrentan estos cuidadores, atrapados entre el compromiso y la incomprensión. Para aliviar esta carga, la sociedad necesita entender que el cuidado es una responsabilidad colectiva y requiere redes de apoyo, políticas inclusivas y solidaridad comunitaria. Solo así podremos construir una sociedad más justa y humana.