Una palabra que se asocia al liderazgo es el carisma. Nuestro colaborador César Cordero deja la siguiente pregunta: ¿Se puede ser un líder sin carisma? Sí, pero…
Es un término que siempre está asociado y es parte del liderazgo. Como una parte esencial, se asocia de manera automática. Proviene del latín Charisma, vocablo del origen griego que significa agradar, dar un regalo, favor. No se trata de recibir. En término social, las personas suelen referir el carisma a esa persona que logra cautivar a los demás. Es decir, que cae bien. Un sujeto que siempre es la luz de la fiesta o todas las personas quieren estar alrededor de ella.
Cuando se lleva a un tema más profesional, el carisma entra en una parte llamada como magnetismo personal, ya es una capacidad. En este punto, no es solamente el hecho de “caer bien” sino que se logra inspirar. Donde se genera un interés de persona a persona en el que se podrá influenciar. Sigue en esa línea de secuencia, carisma, influencia, entusiasmo y persuasión. Todo esto a través de la propia personalidad, no con la imagen de encantador, sino que con la propia personalidad se genera una atracción natural. El carisma se puede dar desde los deportes hasta la política.
César nos deja el siguiente ejercicio, hacerse la siguiente pregunta: ¿Se hace fácil identificar personas con carisma? Raras veces, nos detenemos a considerar que tan carismáticos estamos siendo nosotros mismos. Dejamos de medir el impacto de nuestro carisma con relación a los demás. Es en donde, en cierto punto se integra la parte profesional. Ver como el propio carisma o la falta de este puede afectar la productividad.
Eres un buen líder, eres buen gerente, manejas a las personas pero no tienes carisma. Entonces lo que a una persona le toma un espacio de tiempo, le tomará el triple. Todo se refleja en la productividad.
¡Ahora un ejercicio!
Nuestro colaborador deja un ejercicio con algunos puntos para evaluar que tan carismáticos estas siendo.
En base a estos puntos, vas a medir en base al porcentaje de 100 con qué frecuencia te ocurren los siguiente hechos. Entre: ‘rara vez’, ‘ciertas veces’ y ‘la mayoría de veces’.
-En reuniones sociales o profesionales, la gente busca mi compañía.
-Expreso mis emociones libremente de acuerdo con el ambiente en el que estoy.
-Tengo confianza en mí y en mostrarme tal como soy.
-Me comporto de una manera natural y eso le agrada a las personas a mí alrededor.
-Me intereso genuina y sinceramente por los demás.
-Doy la bienvenida a los diversos puntos de vistas de las otras personas.
-Estoy lleno de energía, soy entusiasta y muestro pasión por lo que hago.
-La gente reconoce y admira mis valores, creencias, mi trabajo y actividades.
-Disfruto de forma auténtica estando con la gente, siendo cálido, amable y honesto.
-Me gusta tomar decisiones rápidas y seguro de mí mismo.
-Respondo bien ante la presión y no afecto a otros.
-Se me facilita influenciar, convencer, persuadir e inspirar a otros a los cambios.
-Disfruto poder hablar en público y dejar mis mensajes.
-La gente me solicita consejos y guía para resolver situaciones de su día a día.
-La gente tiene una tendencia a querer conocerme mejor.
Estos resultados te pueden sorprender, pero también te llevan a considerar las fortalezas actuales, ver dónde están las oportunidades de mejora de una manera clara y directa. Partiendo de tus resultados, sean altos, bajos, es necesario considerar también cuales son las cosas a considerar en pro y en contra. Evaluar las oportunidades.
En el mundo laboral, el carisma es ese elemento que te ayuda a crecer en una empresa en paralelo con tus capacidades.
Uno de los errores comunes que las personas piensan que les llevan a ser carismáticos pero que también destruyen las propias posibilidades. El no estar seguro de uno mismo, no ser auténtico, tener poca habilidad para relaciones humanas, procrastinar, estar a la defensiva, hacerle alardes de conocimientos, habilidades, logros, avance o posición alcanzada. También, llevar una conversación amena basada solo en intereses propios, usar falsas evidencias, palabras poco atractivas para comunicar historia que inspiren a otros.
¿Qué hacer para romper con estos errores?
Nuestro colaborador César da el elemento de conectar con otro a través de preguntas. Tener en manos por lo menos cinco preguntas diferentes para llevar una conversación. Este tipo de aclaración hará que la persona se dé cuenta que hay un interés.
Los carismáticos no hablan de ellos, otro lo hacen. Hay tres C conectadas con el carisma: comunicación, conexión y confianza.
¿Tienes las tres C?
Reflexiona ante estos tres puntos…
-¿Cómo me comunico con les demás?
-¿Cómo me conecto con los demás?
-¿Me ven como una persona confiable?
Lleva una buena impresión, mantén una actitud positiva, respeta a otros, involucra a otras personas, se humano, mantén la humildad y la modestia. Nunca te sientas intimidado porque hay otras personas carismática a tu alrededor, recuerda que tienen tu sello personal.